El Antiguo Comentario

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Los Tres Servidores Sagrados



En el mundo en el cual estamos encarnados, la dualidad Luz-Oscuridad es un concepto de Conciencia. Por medio de una lucha permanente busca realizar la existencia perfectamente equilibrada del Espíritu y de la Materia..

La Vida del eterno Núcleo de Fuego del Ser humano constituye la Fuente vital de estos aspectos Luz-Oscuridad reflejados por la Conciencia humana. La Vida "ES", escondida en la morada del eterno Núcleo de Fuego del Ser humano. Cuando entra en movimiento se transforma en Existencia. Aparecen el Espíritu y la Materia.

Para realizar el equilibrio y la fusión de estos poderosos aspectos de Consciencia, la divina Sabiduría, como un perfume, emana de la Vida del eterno Núcleo de Fuego humano. Con su fragancia, impregna la magnificencia de la Existencia. La Materia se ilumina maravillosamente.

Cuando, desde Su evolución primitiva, el Ser humano llegó a un estado de auto-conciencia, apareció Su libre albedrío. Desde entonces, posee la posibilidad de escoger y ejercer Su soberana Libertad. Por Su libre elección regala a la Luz la posibilidad de manifestarse como un SERVIDOR del Espíritu humano. Este Servidor se conoce como El Ángel Solar.

En paralelo, compensando esta aparición luminosa, el Libre albedrío puede también favorecer la manifestación de la Oscuridad como SERVIDOR del físico denso, el aspecto material y mecánico del Ser humano. Este Servidor de lo Oscuro se conoce como el Guardián del Umbral.
 
El meditador, para guiar Su existencia, busca la ayuda inspiradora de Su Sabiduría divina que siente emanar de la Vida de Su eterno Núcleo de Fuego. Con Su claridad puede promover la armonía y luego la fusión de estos dos divinos Servidores. Vuelve transparente la oscuridad de la Materia del Cuerpo físico. Iluminado, radia la plenitud del Espíritu.

Este trabajo del meditador debe ser constante y en alerta. La Luz y la Oscuridad son dos polos energéticos extremos y opuestos. Hace falta mantener con constancia el equilibrio y la armonía entre ambos. Permitirá que se ponga en marcha la Inteligencia divina y creativa del Ser humano. El meditador lo Sabe. La creatividad humana sólo es divina, cuando la Sabiduría de la Vida de Su eterno Núcleo de Fuego la inspira. Incendia el corazón y permite la proyección de otra capacidad, la dinámica y divina Energía de Amor. Atrae los dos polos Espíritu-Materia y los pone en un equilibrio armónico. Por Su magnetismo, los polos opuestos fusionan, nobles, iguales y en perfecta libertad.
De la fusión por Amor de los polos Luz-Oscuridad nace un tercer estado de consciencia creador, el tercer SERVIDOR, el Cristo interior. Encarna como la Conciencia conciliadora de la divina energía de Amor. Al principio es activo, como un Niño escondido, radiando desde el corazón físico humano. Adulto, será un majestuoso Cristo manifestando su divino carisma en todas las células de su presencia física. Cumplirá el propósito incrustado en lo más profundo del eterno Núcleo de Fuego de cada Ser humano. Manifestará la esplendidez de su dimensión cósmica por medio de la noble Materia y Su luminosa Aura.
 
Por el constante trabajo creativo en meditación, la libre personalidad del meditador puede colaborar conscientemente para realizar esta Tríada del Equilibrio, del cual surge el Cristo interior. Su Fuego fusiona con el Fuego del Espíritu y el Fuego intrínseco, igualmente sagrado, de la Materia. 
 
La metamorfosis de Tres en UNO se manifiesta.

William
wvanmarsenille@yahoo.es

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